Es cierto que la carne de cerdo es la favorita para los españoles, siendo la carne más vendida en supermercados y carnicerías y esto se debe a dos factores fundamentales:
- El primero es su relación calidad precio, una de las mejores del mercado.
- El segundo motivo de preferencia es sin lugar a dudas su delicioso sabor, aportando en la mesa calidad para el paladar.
Y es de nuestro rosado amigo de quien vamos a tratar en esta ocasión: el cerdo blanco.
Cómo es la carne de cerdo blanco
La carne del cerdo blanco es rosada y posee finas fibras que la hacen suave y jugosa. Evitando veteados más duros, alcanzamos menor resistencia en la carne y permitimos sacar mucho más provecho de todas las partes magras, así como de las zonas más grasas.
Conservación de la carne
Además de su accesibilidad, es una carne que disfruta de un buen periodo de conservación en frío: de 5 a 6 días en frigorífico a 3ºC de temperatura (es recomendable que la carne no contacte con su propio jugo puesto que aceleraría el proceso bacteriano de la corrupción de la carne) y hasta 4 meses en congelador con una temperatura de -20ºC para garantizar la unidad de las fibras cárnicas.
Beneficios de la carne de cerdo blanco
En primer lugar debemos destacar el fuerte valor proteico de esta carne, pudiendo contener hasta 45 gramos de proteínas por cada 100. Además, se trata de proteínas de alto valor biológico cuando hablamos de cerdo nacional, nacido y criado en el país y bajo la tipología de crianza y alimentación de 1ª.
Sus contenidos en vitaminas sin duda te dejarán con la boca abierta: vitamina B1, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B6 y vitamina B12, todas ellas esenciales junto con las proteínas para la renovación de musculo y partes blandas. Además tiene suculentos aportes minerales entre los que destacan el hierro, el zinc y el fósforo.
Es por todo esto que las carnes de cerdo son perfectas para todas las edades, desde la infancia hasta la tercera edad.
Si estás pensando en añadir una nueva porción de carne a tus platos, no dudes en elegir al buen cerdo, fresco o en embutidos. Será el aporte de nutrientes y sabor que le faltaba a tus comidas.